Pocas plantas suculentas no cactáceas llaman tanto la atención como nuestro protagonista: el Agave victoriae-reginae. Su forma compacta, esas hojas de aspecto duro y pequeñas, hasta la espina negra que sobresale de cada uno de sus extremos hace que sea muy, muy decorativa.
¿Te apetece conocer todos sus secretos? 🙂
¿Cómo es?
Agave victoriae-reginae es una planta suculenta no cactácea nativa del Desierto de Chihuahua y de la Comarca Lagunera de Coahuila, en México. Fue descrita por Thomas Moore y publicado en The Gardeners’ Chronicle en el año 1875. Popularmente se le conoce como ágave de la Reina Victoria, Noah o Pintillo.
Sus hojas crecen formando rosetas pequeñas, compactas, duras, rígidas y gruesas de hasta 30 centímetros de altura. Cada una de ellas mide 15-20cm de largo por 4-6cm de ancho, y tienen algunas líneas blancas en los márgenes. En cada punta puede haber de entre 1 a 3 espinas negras de 1-3cm de longitud.
Las flores se agrupan en inflorescencias llamadas quiotes, es decir, que es un tallo del que brotan flores ramificadas en la cúspide que fructifican y maduran. Estas llegan a medir 3-4 metros. Florece una única vez en su vida, tras ello, se muere dejando un montón de semillas e hijuelos, por lo que se dice que es una especie hapaxántica.
¿Cuáles son sus cuidados?
Es muy fácil de cuidar y de mantener. Tan solo hay que tener muy presente que debe de estar en el exterior, a pleno sol, y que se debe de plantar en un suelo o tierra que tenga buen drenaje. No tolera nada el encharcamiento; por contra, sí aguanta bastante bien la sequía.
Ahora, para tenerlo sano es aconsejable regar al menos una vez a la semana, dos en verano, y abonarlo con un abono para cactus y otras suculentas siguiendo las indicaciones especificadas en el envase del producto. Y, por supuesto, no podemos olvidarnos de, en caso de tenerlo en recipiente, ir trasplantándolo cada dos primaveras.
Por lo demás, hay que saber que resiste el frío y las heladas de hasta los -2ºC siempre que sean puntuales y de corta duración.