El cactus candelabro es una joya del desierto americano. A pesar de que tiene un ritmo de crecimiento bastante lento, es una especie de fácil cultivo que vuelve locos a todos los amantes de las suculentas espinosas que además tienen porte arbóreo.
Si tienes un sitio amplio y quieres presumir de jardín, no lo dudes, hazte con una Browningia candelaris, que yo me encargo de dejarte su tarjeta de presentación. 🙂
El cactus candelabro, cuyo nombre científico es Browningia candelaris, es una especie de la familia de las cactáceas endémica del altiplano de Chile y Perú. Fue descrita por primera vez en el año 1833 como Cereus candelaris por el botánico alemán Franz Julius Ferdinand Meyen. En 1920, Brittonn y Rose lo colocaron en el género Browningia.
Crece entre los 1700 y los 3000 metros sobre el nivel del mar. Alcanza una altura de hasta 5 metros, y tiene un porte arbóreo ramificado y bien armado con espinas rectas de color marrón cuya longitud es de 6-15cm. Las ramas más altas pueden tener o no espinas. Todas ellas tienen alrededor de 50 costillas. Su tronco es recto, con un grosor de hasta 50 centímetros.
Las flores son tubulares, de color blanco, de 8-12cm de largo, y diurnas. Una vez son polinizadas, comienzan a madurar los frutos, que acabarán siendo comestibles.
Si hablamos de sus cuidados, tenemos que decir que es una especie un poco delicada. Necesita exposiciones soleadas para poder crecer, y un sustrato que tenga un excelente drenaje ya que no tolera el encharcamiento. Asimismo, no debemos de regarlo en el exceso, sólo cuando la tierra esté bien seca.
Al ser de crecimiento lento, podemos cultivarlo durante muchos años en maceta, lo cual será sin duda una buena noticia para aquellos que vivan en zonas donde el invierno es fresco, pues esta maravilla de cactus no resiste las heladas.