La Caralluma es un género de plantas crasas que bien podríamos cultivar en una maceta. Cuando terminan de crecer, solo miden noventa centímetros de altura como máximo. Además, sus flores aunque son pequeñas, tienen un valor ornamental muy alto.
El mantenimiento que hay que darle es sencillo; es más, lo es tanto que podrás tenerla dentro de casa, algo que por cierto se recomienda si el invierno de tu zona es frío.
¿Qué es la Caralluma?
Se trata de un tipo de planta crasa o suculenta no cactácea que crece especialmente en África, aunque también se encuentra en Europa, Asia y Arabia. Tienen tallos carnosos, delgados y generalmente de color verde o azul verdoso que alcanzan una altura mínima de 10 centímetros y una máxima de 90 centímetros. Pueden tener hojas, pero son muy pequeñas, de entre 0,1 y 0,5 centímetros, así que no es de extrañar que pasen desapercibidas ya que no son más que escamas.
En cuanto a las flores, son simples, de color morado o lila oscuro, y se agrupan en inflorescencias las cuales brotan en la parte superior de los tallos. Las de algunas especies tienen mal olor.
¿Cuáles son las especies más cultivadas?
El género comprende unas 120 especies, pero lo cierto es que de estas, solo cinco son populares:
Caralluma burchardii
Se conoce como chumberilla de lobo y es endémica de las Islas Canarias. Alcanza una altura de unos 50-60 centímetros, y tiene flores de color púrpura-marronáceo cubiertas de pelos blancos.
Caralluma europaea
Conocida como penquilla de monte o chumberillo de lobo, es una crasa originaria España (Murcia y Almería), norte de África y sur de Sicilia. Tiene tallos carnosos de color verde, los cuales miden unos 30 centímetros de alto, así como flores rojas cuyo aroma atrae a las moscas.
Caralluma fimbriata
Es una planta originaria de la India que alcanza una altura aproximada de 60 centímetros. Sus flores son rojas con líneas amarillas. Además, es una planta comestible. Se usa para perder peso, ya que se cree que »engaña» al cerebro haciéndole creer que está saciado, pero no existe ningún estudio científico que demuestre esto último.
Caralluma hesperidium
La caraluma es una planta originaria de Marruecos que alcanza una altura de 20 centímetros. Produce tallos verdes con manchas rojizas/marrones, y flores aterciopeladas de color marrón oscuro con el centro amarillento.
Caralluma speciosa
Es una planta que crece en África, formando grupos que pueden superar el metro de ancho. Alcanza una altura de 90 centímetros, y tiene flores púrpuras con el centro amarillo-anaranjado las cuales forman una inflorescencia de unos 8 centímetros de diámetro.
¿Cómo se cuida?
Las carallumas son suculentas pequeñas, que pueden estar en macetas, ya sea en solitario o con otras crasas de reducido tamaño. Así que, ¿por qué no tener algunos ejemplares? A continuación vamos a explicarte cómo se han de cuidar:
Ubicación
Son plantas que necesitan luz, de manera que tendrás que ponerlas o bien en el exterior, o bien en una habitación en la que haya mucha claridad. En el caso de que las vayas a tener dentro de casa, debes evitar ponerlas junto a la ventana, puesto que se produciría el efecto lupa y, por consiguiente, se quemaría.
Tierra o sustrato
- Maceta: es importante que el sustrato que le pongamos a las carallumas sea ligero, poroso, y de buena calidad. Son plantas cuyas raíces se pudren con rapidez cuando la tierra es compacta y pesada. Por eso, para evitarlo aconsejamos hacer por ejemplo esta mezcla: turba negra con perlita a partes iguales. Otra opción sería ponerle tierra para cactus y crasas (en venta aquí).
- Tierra: de igual modo, si vamos a plantarlas en el suelo del jardín es importante que la tierra no se encharque cuando reguemos, o que como mínimo absorba rápido el agua. Ahora bien, como nuestras protagonistas son plantas pequeñas, aunque tengamos un suelo de mala calidad podemos hacer un agujero de 50 x 50 centímetros, cubrir sus lados excepto la base con malla de sombreo o tela anti-rizomas, y luego llenarlo primero con una capa de unos 20 centímetros de greda volcánica o arlita (en venta aquí), y después con una mezcla de turba negra con perlita al 50%.
Riego
El riego se ha de hacer cuando la tierra esté seca. Por lo general, se regará unas dos veces por semana si es verano y no llueve, y una vez por semana el resto del año. Pero eso sí, cuando las reguemos, tenemos que evitar mojar sus tallos; de hecho, esto solo se podría hacer cuando no les diese el sol directamente, y solo si la humedad ambiental es baja.
Siempre que sea posible lo mejor será usar agua de lluvia limpia, aunque como no todos podemos conseguirla, servirá una que sea apta para consumo humano.
Abonado
En primavera y en verano se puede abonar con un abono especial para suculentas (en venta aquí), siguiendo en todo momento las indicaciones de uso que encontraremos en el envase del producto.
Multiplicación
Las Caralluma se multiplican por esquejes de tallos a lo largo de la primavera y el verano. Para ello, tenemos que cortar un trozo desde la base, y plantarlo en una maceta con tierra para suculentas. Por último, se pondrá en semisombra, y se regará cada vez que se vea seca. De este modo, en el transcurso de dos semanas aproximadamente producirá sus propias raíces.
Otra opción es sembrar sus semillas en primavera, por ejemplo en una maceta con tierra para semilleros. Hay que ponerlas en la superficie del sustrato, el cual habremos regado previamente, y después las cubriremos con una fina capa de tierra. Si todo va bien, germinarán en unos 5-10 días.
Plagas
Son vulnerables al ataque de caracoles y babosas. Como son plantas carnosas, a estos animales les encantan, de manera que hay que usar repelentes (como este) durante la temporada de lluvias. Asimismo, en verano pueden atacarles cochinillas, pero se eliminan fácilmente con tierra de diatomeas (en venta No products found.) o incluso limpiando la planta con agua y jabón.
Rusticidad
Son sensibles a las heladas. La C. europaea puede aguantar hasta los -1ºC, pero no se deben de tener fuera si el invierno es frío, pues no lo soportarían.
¿Qué te han parecido las Caralluma?