Ferocactus latispinus

La flor del Ferocactus latispinus es rosada

Imagen – Wikimedia/Ken Bosma from Green Valley, Arizona, USA

El Ferocactus latispinus es una de las especies de cactus más habituales en las colecciones, así como por supuesto en los jardines de suculentas. Motivos no faltan: resiste bien la sequía, y aunque sí que puede hacerse algo grande, poder ver sus flores en vivo y en directo es una experiencia magnífica.

Por otro lado, su cultivo es más sencillo que el de otras cactáceas, pudiendo vivir sin dificultad en lugares donde las temperaturas en invierno bajan de los cero grados.

Origen y características del Ferocactus latispinus

El Ferocactus latispinus es un cactus globular

Imagen – Wikimedia/Kauderwelsch

La lengua del diablo, como se le conoce popularmente, es un cactus originario de México que se caracteriza por tener un cuerpo en forma de globo de hasta 1 metro de alto por unos 40-50 centímetros de diámetro, y con entre 8 y 14 costillas. Cada una de estas tiene varias aréolas, de las que surgen entre 6 y 12 espinas radiales de color blanco o rojizo con una longitud de 2-2,5 centímetros, y otras 4 centrales que son más largas, y de un color más intenso. De estas últimas, hay una, la inferior, que es más robusta y con una longitud algo mayor que todas las demás.

Produce flores en la parte superior, y son de color blanco o rosado/rojizo. Si son fertilizadas, el fruto comenzará a madurar adoptando una forma oblonga, y en cuyo interior encontraremos numerosas semillas negras muy pequeñas.

¿Cuáles son los cuidados que hay que proporcionarle?

El Ferocactus latispinus es una planta que, como decíamos, no requiere de cuidados especiales. Puedes tenerlo en el jardín o en una maceta, y proporcionándole unos cuidados básicos y muy sencillos, vas a ver lo bien que crece:

Ubicación

¿Dónde hay que ponerlo? Siempre en el exterior. Los cactus en interior se etiolan, es decir, se alargan y al hacerlo sus tallos se estrechan, debilitándose. Pero ojo: no valdrá cualquier sitio. Hay que buscarle uno bueno.

Ese será uno en el que le dé el sol de forma directa, o como mínimo, uno en el que no haya -o muy poca- sombra. Si lo has comprado recientemente, o si nunca lo habías puesto a pleno sol, acostúmbralo poco a poco para evitar que se queme.

Tierra

  • Jardín: el suelo del jardín ha de ser poroso y tener un drenaje rápido. Si no es así, lo más aconsejable es hacer primero un agujero de plantación de unos 50 x 50 centímetros, y rellenarlo con pómice por ejemplo, o con una mezcla de turba y perlita a partes iguales.
  • Maceta: el recipiente donde se vaya a plantar tiene que estar rellenado con pómice u otros sustratos de similares características; esto es, ha de ser arenoso (es importante que el grano sea de 1 a 3 milímetros de grosor) y, también, debe de drenar el agua rápido.
    Asimismo, la maceta tiene que tener agujeros en su base, ya que así se disminuye el riesgo de que las raíces se pudran.

Riego

El Ferocactus latispinus es un cactus que tiene espinas muy largas

Imagen – Wikimedia/Tangopaso

La frecuencia de riego de tu Ferocactus latispinus va a venir determinada por factores como el clima o la ubicación. Por lo general, es aconsejable regar cuando el sustrato o la tierra estén completamente secos. En invierno, si se producen heladas o llueve con regularidad, no necesitará apenas agua.

Si lo tienes en maceta, no le pongas un plato debajo. El agua que quede en él entrará en contacto con las raíces, y si ese contacto se mantiene demasiado tiempo, podría pudrir el cactus.

Abonado

Tanto en primavera como en verano el Ferocactus está creciendo, de modo que es recomendable abonarlo para conseguir que tenga un buen desarrollo. Para ese fin puedes usar un fertilizante líquido para cactus, pero sigue las indicaciones de uso porque de lo contrario podría haber riesgo de sobredosis.

Época de plantación o trasplante

Al tratarse de un cactus globular relativamente grande y con fuertes espinas, lo ideal es plantarlo en el jardín en cuanto tenga un tamaño lo suficientemente grande para que sea muy visible.

Por ejemplo, si tienes un ejemplar de unos 20 centímetros de diámetro, personalmente te diría que lo plantases lo antes posible en el suelo, o en una jardinera de obra de gran tamaño. Esperar más podría ser peligroso para tus manos.

En caso de que sea aún muy joven, entonces deberás de cambiarlo de maceta cada dos años más o menos, en cuanto veas que su cuerpo ya ha ocupado toda la maceta.

Pero, ¿cuándo hay que trasplantarlo? En primavera es buen momento, aunque también se puede en verano si se tiene cuidado en no manipular las raíces.

Plagas y enfermedades

Puede tener las siguientes: araña roja, cochinilla algodonosa, pulgones, además de hongos que lo pudren. Las plagas se quitan con agua y jabón diluido, o incluso con tierra de diatomeas, pero los hongos hay que tratarlos con fungicidas y suspender el riego hasta que la tierra se haya secado del todo.

Multiplicación de la lengua del diablo

Se multiplica por semillas en primavera o en verano.

Rusticidad

El Ferocactus latispinus es un cactus globular

Imagen – Wikimedia/Amante Darmanin from Malta

El Ferocactus latispinus soporta el frío y las heladas débiles, de hasta los -2ºC.

¿Qué te ha parecido este cactus?


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