La Mammillaria hahniana es una de las más comunes, pero a la vez más bonitas de las del género. A pesar de su aspecto, no hay que dejarse engañar puesto que sus espinas son más bien inofensivas. Además, sus florecillas brotan cada primavera sin esfuerzo, tan sólo con un poco de agua y estando expuesta a la luz del sol.
Se trata de una planta cactácea muy interesante, tanto para empezar la colección como para hacerla crecer, ya que es una maravilla tenerla.
Mammillaria hahniana es el nombre científico de una planta cactácea endémica de Guanajuato, Querétato y Tamaulipas en México que fue descrita por Erich Werdermann y publicado en Monatsschrift der Deutschen Kakteen-Gesellschaft en el año 1929. Popularmente se la llama por el nombre Biznaga vieja de la Sierra de Jalpan.
Se caracteriza por crecer hasta alcanzar los 9 centímetros de altura y hasta los 10cm de diámetro. Sus areolas tienen forma cónica; de ellas brotan de 20 a 30 espinas radiales de 1,5cm de largo que son como pelos blancos, y de 1 a 4 espinas centrales las cuales son más cortas y blanquecinas. Las flores, que aparecen en primavera, son de color rosa intenso y miden unos 2cm de diámetro. El fruto mide unos 7mm, y en su interior encontraremos semillas muy pequeñas de color marrón.
Si hablamos de su cultivo y mantenimiento, es un cactus muy agradecido. De hecho, tan sólo es importante acordarse de ponerlo en una exposición soleada, y de regarlo unas 2 veces por semana en verano y cada 15-20 días el resto del año. Por supuesto, para conseguir que produzca más flores, será muy necesario abonarlo durante la primavera y el verano con un abono líquido para cactus o con Nitrofoska Azul.
Se puede cultivar en el exterior todo el año si la temperatura no baja de los -2ºC, pero eso sí, hay que protegerlo del granizo, especialmente si es el primer invierno que pasa fuera.
Me encantan los cactus?
Son maravillosos. 🙂