Los cactus, las crasas y las plantas con caudex, si bien son muy distintas entre sí tienen algo en común: el metabolismo CAM, o Metabolismo Ácido de las Crassuláceas. Y es que, al vivir en hábitats con una fuerte insolación, han tenido que ingeniárselas para evitar perder agua por la transpiración. Sin este líquido no podrían existir, por eso cada gota es muy importante, ya que podría ser la diferencia entre la vida y la muerte.
De hecho, lo es tanto que detienen su crecimiento completamente cuando se combinan altas temperaturas con periodos de sequía, y lo reanudan cuando mejoran las condiciones. Pero, ¿sabes qué es el metabolismo CAM? ¿No? Pues no te preocupes, que te lo contaré ahora mismo 😉 .
Las plantas que tienen hojas, vamos a decir, comunes, es decir, aquellas que son finitas, de color verde, realizan la fotosíntesis durante el día. ¿Cómo? Abriendo sus poros o estomas para absorber el dióxido de carbono (CO2) para transformar la energía del Sol en alimento. Esta es una función que realizan sin problema, al disponer de un suministro de agua más o menos constante. Pero, ¿qué ocurre cuando las condiciones para la vida son especialmente duras?
En la naturaleza, sólo pueden pasar dos cosas: o te adaptas, o no puedes seguir vivo. En el caso de las suculentas, se adaptaron. Lo hicieron de una forma muy peculiar: realizando la fotosíntesis en dos etapas. Durante la noche incorporan dióxido de carbono, formando de este modo malato sin necesidad de luz solar, y por el día generan azúcares a partir del malato, pudiendo tener los estomas cerrados. Así, pueden ahorrar agua y utilizarla sólo si es estrictamente necesario.
¿Te ha parecido interesante? Sin duda, las suculentas son unas plantas de lo más asombrosas. No sólo han modificado sus hojas y/o cuerpos convirtiéndolos en reservas de agua, sino que además, hacen todo lo posible para evitar perderla.